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viernes, 11 de diciembre de 2015

Luxación Congénita de la Cadera

Introducción

Corresponde a una displasia articular que se produce por una perturbación en el desarrollo de la cadera en su etapa intrauterina antes del tercer mes de vida fetal.
La articulación de la cadera está formada por una bola que es el final del hueso fémur y un recipiente articulatorio en forma de cavidad para ajustarse a esta bola femoral dependiente del hueso de la pelvis.
La luxación aparece cuando ambas partes se desplazan y no coincidiendo adecuadamente no pueden articularse apropiadamente.
La luxación puede ser importante, es decir que la bola está completamente fuera de la cavidad de la pelvis, o ser menor y solo estar levemente desplazada.
La causa es desconocida y a veces pequeñas luxaciones pueden no dar síntomas hasta una edad adulta.
Suele ser más frecuente en el primer hijo, en las mujeres más que en los hombres, y en partos de nalgas. La frecuencia de aparición es de 1 por cada 1000 nacimientos con una cierta tendencia familiar.
·         Displasia congénita de la articulación de la cadera
·         Displasia congénita de la cadera
·         Luxación congénita de la cadera





La Luxación Congénita de Cadera (L.C.C.)
Llamada también Enfermedad Luxante de la Cadera, es la malformación ortopédica de gravedad más frecuente del ser humano.
Corresponde a una displasia articular que se produce por una perturbación en el desarrollo de la cadera en su etapa intrauterina antes del tercer mes de vida fetal. La sub-luxación o la luxación se produce después del nacimiento, en los primeros meses de vida extra-uterina y como una consecuencia de la displasia. No hay que confundirla con la verdadera luxación intrauterina de la cadera y que corresponde a una afección teratológica y que se acompaña habitualmente con otras alteraciones congénitas cardíacas, renales, de la columna vertebral, de los pies, etc. Esta luxación intra-uterina es de muy difícil tratamiento, de mal pronóstico y alcanza no más del 5% del total de las luxaciones congénitas de la cadera.
La L.C.C. es progresiva. Se nace con displasia y, si no es adecuadamente tratada, progresa a subluxación y luxación, representando el 95% de las L.C.C. (el otro 5% son las luxaciones teratológicas ya mencionadas).
Por esta razón, el diagnóstico precoz (primer mes de vida) es de extraordinaria importancia, ya que tratada en este momento se logran caderas clínica, anatómica y radiológicamente normales.
INCIDENCIA
Varía en las diferentes zonas del mundo. Hay razas y regiones en que la frecuencia es mayor por razones que se desconocen. Hay zonas en que la frecuencia es muy baja, y se cree que es por la forma en que las mamás transportan a sus hijos (a horcajadas) .
En Alemania, la displasia aparece entre 2 y 4% de los recién nacidos. De éstos sólo el 2% presenta luxación. Por ejemplo, de 700.000 nacidos por año, 21.000 presentan displasia y sólo 420 tienen luxación de cadera.
En Chile hay algunos estudios que nos muestran que la L.C.C. tiene una incidencia de 7 por 10.000 nacidos vivos, y la displasia alrededor del 4% en lactantes de 3 meses de edad.
En negros y chinos no hay luxación.
En una muestra de familias numerosas es más frecuente en el primer hijo.
La distribución por sexo es de 6 mujeres por 1 hombre.
ETIOLOGIA
La causa de la L.C.C. es desconocida. Hay varias teorías que postulan factores "endógenos y exógenos" como causa de la enfermedad.
Endógenos
Los factores endógenos aparecen con más fuerza en la etiología de la luxación. Una clara mayor frecuencia en el sexo femenino (6 es a 1 con respecto al hombre), hace pensar que puede haber una influencia del sexo, que aún es desconocida.
La herencia es otro factor que se considera como causa (habría una alteración genética) ya que entre el 20 y 40% de los casos de L.C.C., dependiendo de los lugares donde se ha hecho el estudio, tienen antecedentes familiares de la misma enfermedad.
Otras causas postuladas son las alteraciones hormonales. Habría un aumento de estrógenos, que condiciona una mayor laxitud de cápsula y ligamentos, que facilitaría la luxación.
Exógenos
Se postula que la malposición intrauterina (posición de nalgas), los procesos que ocupan espacio en el útero, la tracción muscular exagerada (aductores), el valgo y anteversión del cuello femoral, serían factores que causan L.C.C.
Anatomía patológica
Tres son las formas o grados de presentarse la enfermedad luxante de la cadera:
·         Cadera displásica: hay verticalización del techo acetabular; la cabeza femoral está dentro del acetábulo, pero éste es insuficiente para contenerla y, cuando la cabeza rota hacia atrás o adelante, se produce luxación hacia posterior (resalte posterior) o hacia anterior (resalte anterior).
El reborde del cótilo o limbo está alargado y ligeramente evertido en su parte superior. El acetábulo tiene forma elipsoide, por lo que la cabeza no está cubierta totalmente por el acetábulo.
·         Cadera subluxada: se produce una mayor progresión de la eversión del limbo; la cápsula se alarga, igual que el ligamento redondo, pero aún está libre, sin adherencia a la pelvis.
El acetábulo es insuficiente, poco profundo, cubre parcialmente la cabeza femoral. La cabeza del fémur es más pequeña e irregular, perdiendo su esfericidad.
·         Cadera luxada: se ha perdido la relación normal entre el cótilo y la cabeza femoral.

 La cabeza está por sobre y detrás del acetábulo. El limbo está comprimido y evertido, formando un falso cótilo sobre el verdadero acetábulo, que está poco desarrollado. La cabeza es más pequeña que en lado contralateral, no es esférica, es mucho más irregular que en los estados anteriores. La cápsula articular toma la forma de reloj de arena, se adhiere a la parte superior del cótilo y éste adquiere la forma de oreja de perro.
Son estos hechos de la anatomía patológica los que explican por qué es casi imposible la reducción cerrada de la luxación congénita de cadera en este estadio.
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CLINICA
En un 20 a 30% de los casos existen antecedentes clínicos de familiares con L.C.C. Cuando se trata de mujeres la sospecha debe ser más fuerte.

EXAMEN FISICO
Cuando se trata de displasia, los signos clínicos son muy pobres, pero aun así se pueden descubrir signos que despierten la sospecha diagnóstica. Cuando hay subluxación o luxación, los signos son más evidentes.

Signos clínicos
Sospecha de L.C.C.
·         Limitación de la abducción de cadera, que puede ser uni o bilateral, hace plantear el diagnóstico presuntivo de displasia de cadera.
La abducción en el recién nacido (RN) es de 80 a 90º hasta el primer mes de vida.
En el segundo al tercer mes de vida, la abducción es de 60 a 65%. La disminución de la abducción con caderas flectadas a 90°, a menos de 45°, es sospechoso de displasia. Si la abducción es aún menor de 45°, existe una fuerte posibilidad que se trate de luxación.
·         Aumento del movimiento de rotación externa y aducción de la cadera, con disminución de la abducción y rotación interna, es otro signo de sospecha.
·         En subluxación o luxación unilateral de cadera, se puede observar una disminución de los movimientos de la cadera enferma, no obstante existen otras patologías que también pueden dar este hecho.
·         Asimetría en el largo de las extremidades inferiores. Se puede producir, aún en la displasia, por diferente crecimiento a nivel del extremo proximal del fémur. En la subluxación y luxación este signo es más evidente.
·         Asimetría de los pliegues cutáneos, glúteos y muslos: hay que considerarlo, pero pierde importancia ya que es inespecífico.
·         Cambio de forma entre ambas regiones glúteas.
·         Signo de Ortolani-Barlow: es de valor como sospecha en la primera semana de vida del recién nacido. Este signo es un chasquido, audible y palpable que traduce la salida y entrada de la cabeza al cotilo, puede ser anterior o posterior. Si el signo es negativo no tiene valor para descartar la presencia de L.C.C.
·         Este signo se obtiene colocando al recién nacido en decúbito supino con las caderas y rodillas en flexión de 90º. El examinador toma la rodilla y abduce traccionando en el sentido del fémur y empujando el muslo hacia adelante con los dedos índice a meñique; se siente un chasquido al pasar la cabeza sobre el borde anterior; lo mismo se puede hacer practicando aducción de los muslos y empujando éste hacia atrás con el pulgar. El movimiento continuo hacia atrás o adelante da el chasquido de salida y entrada (luxación y reducción de la cabeza femoral). Este signo traduce inestabilidad de la cabeza femoral, que no es contenida en el acetábulo y puede corresponder a subluxación o luxación
·         Signo del telescopaje: la flacidez capsular permite que la cabeza femoral se separe del cótilo al traccionar el muslo en el sentido de su eje, para volver a su lugar al dejar de traccionar.
Signos de certeza de L.C.C.
·         Palpación de la cabeza femoral en un lugar anormal, por migración de ella fuera del acetábulo.
·         Lateralización y ascenso del trocánter mayor, que puede estar encubierto, cuando el niño es muy gordo.
·         Desplazamiento lateral de la cabeza femoral.
·         En el niño que camina existen otros signos:
·         Marcha claudicante.
·         Signo de Trendelenburg, que traduce insuficiencia del músculo glúteo medio.
·         Acortamiento de la extremidad luxada.
DIAGNOSTICO
El diagnóstico de certeza es radiológico. La radiología simple es la más usada y generalizada. En los últimos años se ha empleado también ultrasoonografía, que nos da información sobre la dinámica de la cadera. Este examen evita la irradiación del paciente, especialmente del recién nacido y lactante. Desgraciadamente es un método que aún no está generalizado.
La radiografía, es útil a cualquier edad y nos da signos de certeza desde el recién nacido.
La radiografía, para que tenga valor, debe ser técnicamente perfecta. La placa radiográfica debe ser centrada (sínfisis pubiana en la línea media) y simétrica (agujeros obturadores y alas ilíacas de igual forma y tamaño).
Las proyecciones más usadas son la anteroposterior, con los miembros en posición neutra, y la Lauenstein, con los muslos flectados y abducidos, que nos da una visión lateral del 1/3 proximal del fémur.
En la radiografía simple antes de los 6 meses de edad, cuando aún no se ha iniciado la osificación de la cabeza femoral, se trazan varias líneas y se miden distancias y ángulos para hacer un diagnóstico de certeza de enfermedad luxante de la cadera, ya que no se puede ver directamente dicha cabeza femoral, si está dentro o fuera de la cavidad cotiloídea, ya que ésta es transparente a rayos por ser sólo de cartílago.
Radiografía de una lactante de 3 meses de edad con Displasia Bilateral. Obsérvese la inclinación aumentada del cótilo y la cabeza femoral transparente a rayos, formada sólo de cartílago. Se puede comparar esta radiografía con el esquema de la displasia de cadera.

Trazado de líneas de referencia en la radiografía AP en lactante menor de 6 meses
·         Línea de Hilgenreiner
·         Línea de Perkins
·         Distancia D
·         Distancia H
·         Angulo acetabular
·         Arco de Shenton
·         Signo de Foseta (de Doberti)

Diagnóstico diferencial
Se debe hacer con otros cuadros parecidos:
·         Luxación teratológica.
·         Luxación de la artrogriposis.
·         Luxación por coxitis tuberculosa.
·         Luxación por artritis piógena.
·         Luxación de la parálisis flácida espástica.
·         Coxa vara congénita.
·         Distrofia progresiva.
Estos dos últimos cuadros dan insuficiencia glútea, igual que la L.C.C.

TRATAMIENTO
Para lograr caderas normales, el tratamiento debe ser precoz. De aquí la importancia que el diagnóstico sea también precoz (antes del primer mes de vida). La OMS define el diagnóstico precoz de la L.C.C. al que se realiza antes del primer mes de vida.
Básicamente el tratamiento depende de la edad en que se inicia y de la etapa de la L.C.C.
·         En el niño menor de 12 meses el tratamiento es ortopédico. Se usa un método funcional dinámico, que básicamente es la correa de Pavlic, aparato que flecta caderas y rodillas en forma progresiva. Se puede enfrentar el inicio del tratamiento con flexión progresiva o usando el aparato de Pavlic por horas en el día; por ejemplo primer día 2 h, segundo día
4 h, tercer día 8 h, cuarto día 16 h y quinto día 24 h; o primera semana 30º, segunda semana 60º, tercera semana 90º de flexión.
El peso del muslo y piernas logra espontáneamente la abducción, que es lo que se busca con este método. Los niños pueden mover sus extremidades inferiores dentro de un rango aceptable y deseable. No hay tensión ni compresión de la cabeza femoral
Las displasias en el primer trimestre de vida se tratan sólo con doble pañal, que logra una adbucción suficiente para el tratamiento de esta etapa de la L.C.C.
En esta etapa de vida (primer año) se ha proscrito el uso de yesos en posición forzada para mantener la cadera reducida (yesos en posición de Lorenz). La necrosis aséptica grave de la cabeza femoral, es un riesgo inminente.
Otra forma de tratamiento de la L.C.C. es el uso del calzón de abducción o de Frejka.
·         Cuando hay fracaso de tratamiento con el aparato de Pavlic se puede pasar a otro tipo de tratamiento, que se usa también en pacientes mayores, como las botas de yeso con yugo de abducción. De 12 a 18 meses, cuando hay displasia, se practica tenotomía de aductores que tienden a relajar la cadera para evitar la compresión de la cabeza femoral y posterior necrosis avascular. Esta tenotomía puede o no ir seguida de neurectomía del nervio obturador superficial. Enseguida se ponen botas con yugo o férula de abducción, que es un método más rígido que los anteriores, pero ya con cadera relajada, lo que previene la necrosis avascular de la cabeza femoral.
Si hay subluxación se hace lo mismo, siempre que la cabeza se centre bien (buena reducción de la cabeza femoral) y no quede alejada del cótilo. Si esto ocurre, es decir, la cabeza queda fuera cótilo, lo más probable es que el tendón del psoas esté interpuesto, por lo que se debe hacer su tenotomía.
Si hay luxación, el tratamiento es quirúrgico, practicando la reducción cruenta y reposición de la cabeza femoral en la cavidad cotiloídea, seguido de inmovilización con yeso. Estos procedimientos todavía logran caderas prácticamente normales, ya que el niño aún posee un gran potencial de crecimiento y remodelación.
·         Sobre los 18 meses, si hay displasia, se puede tratar con férulas de abducción o yesos que no signifiquen presión sobre la cabeza femoral, de modo que se colocan sólo en caderas relajadas (tratadas previamente o con tenotomía de aductores).
Si hay subluxación, el tratamiento es quirúrgico:
·         Reducción cruenta.
·         Reducción cruenta más osteotomía, para derrotar el extremo proximal del fémur (disminuir antetorsión o para acortar el fémur).
·         Reducción cruenta más osteotomía acetabular, para mejorar el techo cotiloídeo, aumentando la superficie de carga. Estas osteotomías son variadas y, de acuerdo a su autor, se les denomina de Pemberton, Salter, Chiari, etc.
·         Tectoplastías: se coloca un injerto óseo en el reborde cotiloídeo cubriendo la cabeza femoral, buscando el mismo objetivo que se logra con las osteotomías pelvianas.
·         Artroplastías: se usa en período de secuela de la luxación de cadera, cuando hay dolor, rigidez, necrosis o artrosis de cadera. Son tratamientos de rescate de caderas (artroplastía de Colonna) o de reemplazo de cadera (prótesis total).
COMPLICACIONES
Estas se originan frecuentemente en tres situaciones:
·         L.C.C. mal tratada.
·         L.C.C. insuficientemente tratada.
·         L.C.C. no tratada.
En los primeros años, y en forma muy precoz, la necrosis aséptica es la complicación más frecuente. Es de variado grado y va desde una necrosis mínima de la cabeza que se recupera espontáneamente sin dejar secuela, hasta la necrosis grave (de los yesos de Lorenz), que deja una cabeza más pequeña, deformada, irregular y que podría llevar al paciente a la artrosis en forma precoz (a los 30 ó 40 años).
Los diferentes métodos de tratamiento dan diferentes porcentajes de necrosis. Cuando una L.C.C. es insuficientemente tratada o no tratada, los pacientes quedan con subluxación o luxación, lo que llevará posteriormente a que el paciente claudique, presente dolor y haga artrosis precoz de la cadera.
Para evitar estas complicaciones es necesario recalcar finalmente dos aspectos de la L.C.C.:
·         El diagnóstico debe ser precoz y el tratamiento adecuado. Con ello se obtienen caderas anatómica, radiológica y funcionalmente normales.
·         La evolución de la L.C.C. es progresiva. Si no se trata, la agravación es inevitable.
Conclusión

La medida más importante para evitar la displasia infantil de cadera y la luxación de cadera consiste en no estirar antes de tiempo la articulación de la cadera del bebé.
La razón: la articulación de la cadera no ha madurado del todo en el momento del parto; para que pueda madurar bien, el bebé debe seguir poniendo sus caderas en la posición flexionada que había adoptado en el interior de la madre. Que un estiramiento precoz de la articulación de la cadera favorece la luxación de la misma se observa en pueblos en los que los neonatos son atados a tablas para transportarlos de un sitio a otro: en estos pueblos, las luxaciones de cadera son especialmente frecuentes.
Al contrario, en los pueblos en los que se utilizan portabebés tradicionales para llevar a sus bebes, las displasias y luxaciones de cadera prácticamente no existen.
Para prevenir una displasia infantil de cadera y unaluxación congénita de cadera, se recomienda lo siguiente:
·         Llevar al bebé en un portabebés.
·         Envolver al bebé de modo que su articulación de cadera esté flexionada.
·         Evitar colocar al bebé antes de tiempo y con demasiada frecuencia en posición decúbito abdominal.




Bibliografía
http://escuela.med.puc.cl/publ/OrtopediaTraumatologia/Trau

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