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viernes, 18 de diciembre de 2015

Tortículis

INTRODUCCIÓN
La tortícolis es una afección que se caracteriza por lateralización de la cabeza con rotación del cuello, constituye una posición antiestética que requiere tratamiento inmediato y que puede ser síntoma de varias patologías. La palabra tortícolis deriva del latín tortus que significa torcido y collum de cuello. Suele ser un síntoma común de varios padecimientos, y puede originarse de manera secundaria a enfermedades neurológicas. Su definición aún no está bien clara en los diferentes trabajos revisados.
Para su estudio esta puede ser dividida en dos tipos: congénita y adquirida. La tortícolis congénita se caracteriza por una tumefacción del músculo esternocleidomastoideo (ECMD), secundaria a una injuria durante el parto o una mal posición durante la vida intrauterina del feto.2,3 Esta tumefacción del ECMD se puede confundir con los quistes del plexo braquial, los cuales al regresar dejan una banda fibrosa sobre el músculo, causando contractura del cuello y lateralización de la cabeza. La forma adquirida no difiere clínicamente de la anterior, pero suele acompañar a varias patologías neurológicas tales como: siringomielia, encefalitis, hernia discal cervical, tumores de la fosa posterior del cerebro y de la unión cráneo espina






Tortícolis
La tortícolis es un tipo de distonía (contracciones musculares prolongadas) en que los músculos del cuello, particularmente el músculo esternocleidomastoideo, angular de la escápula y en menor medida los músculos escalenos, se contraen involuntariamente y hacen que se incline la cabeza
Tipos
·         Tortícolis: causada por movimientos bruscos del cuello o malas posturas.
 
·         Tortícolis idiopática: si la afección se da sin causa conocida.
 
·         Tortícolis congénita: se da dentro del útero, si el feto se ha colocado en una mala posición durante su crecimiento o se dan problemas en el riego del cuello del feto.
 
·         Tortícolis espasmódica psicógena: se reconoce por crisis espasmódicas del cuello acompañadas de dolores. Su aparición puede deberse al estrés o la fatiga.

Causas
·         Hereditaria por influencia genética.

·         Adquirida, como resultado de una lesión muscular provocada por una mala postura o movimiento brusco. El estrés y la fatiga también pueden predisponer a ella.

Síntomas

Los síntomas de la tortícolis son de fácil detección. Normalmente, los pacientes que sufren de esta afección padecen de dolor cervical, movimiento limitado en la zona del cuello, cefaleas, rigidez del músculo esternocleidomastoideo y se observa una postura anormal de la cabeza.
Prevención

·         Dado que normalmente esta patología es adquirida por malas posturas, se recomienda tener especial cuidado en situaciones que puedan originarla, como al utilizar almohadas demasiado altas o bajas a la hora de dormir, pasar mucho tiempo hablando por teléfono con una postura forzada y poco ergonómica o evitar movimientos bruscos del cuello. Las técnicas de relajación y los estiramientos regulares de la zona cervical reducen el peligro en pacientes propensos a padecerla.

 

Diagnóstico

Con un examen físico es fácil determinar la aparición de esta afección. Esta exploración revelará una posición incorrecta de la cabeza y un acortamiento y rigidez de los músculos del cuello

                      Tratamiento
El tratamiento del tortícolis presente al nacer implica estirar el músculo del cuello acortado. Los estiramientos y posicionamientos pasivos se emplean en bebés y niños pequeños. En el estiramiento pasivo, se emplea algo para sostener la parte del cuerpo en una cierta posición. Esto podría ser un utensilio como una correa, una persona o algo más. Estos tratamientos a menudo son eficaces, especialmente si se inician dentro de los tres meses posteriores al nacimiento.
La cirugía para corregir el músculo del cuello se puede hacer en los años de edad preescolar, en caso de que otros métodos de tratamiento fallen.
El tortícolis causado por daño al sistema nervioso, la columna o los músculos se trata identificando y abordando la causa del trastorno. Según la causa, el tratamiento puede abarcar:
·         Aplicar calor, tracción cervical y masajes para ayudar a aliviar el dolor de cuello y cabeza.
·         Los ejercicios de estiramiento y los collarines para ayudar con los espasmos musculares.
·         Tomar medicamentos como el fármaco baclofeno para reducir las contracciones musculares del cuello.
·         Inyectar toxina botulínica cada tres meses.
·         La cirugía de la columna vertebral puede ser necesaria cuando la tortícolis se debe a vértebras dislocadas. En algunos casos, la cirugía implica la destrucción de algunos de los nervios de los músculos del cuello o el uso de la estimulación cerebral.

 

                            Fisioterapia
La cinesiterapia, los masajes, la utilización del calor (termoterapia), el tratamiento con ultrasonidos, el uso del agua (hidroterapia) o de los rayos ultravioleta o infrarrojos, el empleo de corrientes eléctricas son algunas de las técnicas de fisioterapia. Su objetivo es reducir o evitar el dolor, la rigidez y la contractura. La fisioterapia se puede indicar después de un accidente, de la lesión de un nervio, de una fractura o de un dolor muscular o articular tenaz. Con frecuencia, es un complemento de la terapia a base de medicamentos.
                             Minerva
La minerva o collarín es un aparato destinado a mantener la cabeza recta y en extensión. Permite aliviar el dolor y reducir la inestabilidad del cuello, al disminuir la amplitud de los movimientos. Hay collares blandos, de espuma, y collares rígidos, de plástico con los bordes de espuma. Las minervas de escayola ya casi no se utilizan.
Conclusión

Aunque la tortícolis la mayoría de las ocasiones es una condición benigna, su persistencia, asociación a otros síntomas y signos neurológicos, nos puede encaminar en el diagnóstico de su causa básica. Cuando se presenta en los niños de forma adquirida, uno de los diagnósticos diferenciales a tener en cuenta son los tumores de la fosa posterior del cerebro, como ocurrió en nuestro paciente.

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