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domingo, 14 de diciembre de 2014

Comportamiento Social


Comportamiento social o conducta social, en biología, psicología y sociología es el comportamiento o conducta dirigido hacia la sociedad o que tiene lugar entre miembros de la misma especie (relaciones intraespecíficas). Los comportamientos o conductas que se establecen como relaciones interespecíficas (como la depredación, el parasitismo o la simbiosis) involucran a miembros de diferentes especies y por lo tanto no se consideran sociales. Mientras muchos comportamientos sociales intraespecíficos son parte de una comunicación (comunicación animal) pues provocan una respuesta, o cambio de comportamiento del receptor, sin actuar directamente sobre él; la comunicación entre miembros de diferentes especies no se considera comportamiento social. La forma más original del comportamiento social humano es el lenguaje humano.
En sociología, «comportamiento» (behavior, en idioma inglés) significa actividad similar a la animal, desprovista de significado social o contexto social; en contraste con «comportamiento social» (social behavior), que tiene ambos. En una jerarquía sociológica, el comportamiento social es seguido por la acción social, que se dirige a otras personas y se diseña para inducir una respuesta. Más arriba de esta escala ascendente está la interlina granada.
Ecología del comportamiento es la ciencia que estudia la conducta animal desde el punto de vista de la evolución. La ecología del comportamiento estudia las implicaciones ecológicas y evolutivas de las estrategias de comportamiento de los animales en situaciones relevantes desde el punto de vista de la teoría de la evolución neodarwinista, también conocida como síntesis evolutiva moderna o teoría sintética de la evolución.



Factores que Determinan la Sociabilidad de los Animales


Hay tres factores que determinan la sociabilidad de una especie:
§  Presión de Depredación: La presión de depredación promueve la sociabilidad, ya que vivir en grupo ayuda a defenderse de los enemigos o depredadores.
§  Explotación de los Recursos: Según la explotación de los recursos, los animales pueden ser carnívoros o herbívoros. Según la distribución de los recursos, el animal será de gran tamaño o pequeño. En este sentido, el tamaño de los rebaños en los animales rumiantes está en función del peso del animal. Cuanto más grande es el animal, mayor número de individuos conformará la manada.
§  Competencia intraespecífica de tipo sexual.
Estos tres factores, cuando se combinan, dan:
ü Sociabilidad: Los animales con gran sociabilidad viven en grupos grandes mientras que son poco sociables aquellas especies solitarias.
ü Territorialidad: Los animales pueden defender el territorio activamente o no. Normalmente, los carnívoros defienden el territorio, por eso, tanto el gato como el perro son animales territoriales. En cambio, los animales herbívoros normalmente no son territoriales, como el caso del caballo.
ü Modelo Reproductor: Según el modelo reproductor, los animales pueden ser polígamos cuando tienen más de un vínculo sexual durante el período reproductor; poligínios, cuando un macho se aparea con varias hembras y poliandrios, cuando una hembra se deja montar por muchos machos.



Comportamiento

Lo primero que tenemos que hacer para analizar a fondo el término comportamiento es establecer su origen etimológico. Y en este sentido, tendríamos que resaltar que emana del latín pues está conformado por las siguientes partes claramente delimitadas: el prefijo con-, que es equivalente a “completamente”; el verbo portare, que es sinónimo de “llevar”; y el sufijo –miento, que puede traducirse como “instrumento”.
El comportamiento es la manera de comportarse (conducirse, portarse). Se trata de la forma de proceder de las personas u organismos frente a los estímulos y en relación con el entorno.
Es importante y fundamental establecer el que todo comportamiento está influenciado por una serie de elementos. En concreto, se estipula que aquel estará marcado tanto por la cultura que tenga la persona en cuestión como por las normas sociales existentes en su entorno o la actitud que presente en todo momento.
No obstante, no menos relevante es el hecho de que el comportamiento de cualquier ciudadano también está influenciado por sus creencias y por la genética.
Elementos todos ellos que también influirán en mayor o menor medida en la acción de una persona en función de la edad que tenga.
Así, por ejemplo, en el caso de los niños hay que subrayar el hecho de que actúan de un modo determinado en base a una serie de factores lógicos como son los siguientes: los propios comportamientos de sus progenitores y la relación que mantienen con ellos, los problemas de audición, la capacidad para controlar su actitud.
Existen distintos modos de comportamiento, de acuerdo a las circunstancias en cuestión. El comportamiento consciente es aquel que se realiza tras un proceso de razonamiento. Un ejemplo de este tipo de comportamiento es saludar a un conocido cuando lo vemos en la calle.
El comportamiento inconsciente, en cambio, se produce de manera casi automática ya que el sujeto no se detiene a pensar o a reflexionar sobre la acción (como rascarse tras una picadura de mosquito).
El comportamiento privado tiene lugar en la intimidad del hogar o en soledad. En este caso, el individuo no está sometido a la mirada de otras personas. El comportamiento público es lo contrario, ya que se desarrolla frente a otros seres humanos o en espacios compartidos con el resto de la sociedad.
Para la psicología, el comportamiento es todo lo que hace un ser humano frente al medio. Cada interacción de una persona con su ambiente implica un comportamiento. Cuando dicho comportamiento muestra patrones estables, puede hablarse de una conducta.
Es posible hablar de buen comportamiento o mal comportamiento, según cómo las acciones se puedan enmarcar dentro de las normas sociales. Un niño se comporta mal cuando no obedece a sus padres y no cumple con aquello que se le ordena. Por lo general, el mal comportamiento genera un castigo por parte de la autoridad social (los padres, los maestros, un juez, etc.).
Además de todo lo expuesto tendríamos que dar a conocer la existencia de lo que se conoce como ecología del comportamiento. Se trata de un término que se utiliza para dar a conocer a la ciencia que se encarga de llevar a cabo el estudio de lo que es la conducta animal teniendo como eje vertebrador la evolución.



Comportamiento Animal

El estudio del comportamiento de los animales se denomina etología y es un campo muy amplio que incluye tantos instintos como conductas aprendidas y actitudes anormales. Dentro de cada especie, existen comportamientos que se dan en todos los individuos y otros que son propios de algunos y de ciertas ubicaciones o situaciones. Hasta las formas de vida más simples tienen conductas comunes.
Comportamiento instintivo
Un tipo de comportamiento instintivo son los patrones de acción fijos, que son conductas que el animal siempre adopta. Por ejemplo, algunas aves empollan los huevos de otras si se encuentran en sus nidos durante la época de nidificación, dado que cuidar un huevo es una patrón de acción fijo. Otra conducta instintiva es la impronta, cuando un animal bebé acepta a una persona, o incluso un objeto, como madre sustituta. El comportamiento sexual también es instintivo, reforzado por el juego, que ayuda a los animales a adquirir habilidades de cortejo y apareamiento. Muchas de estas conductas se deben a órdenes de determinados sistemas del cuerpo, como el nervioso, que responde a estímulos del entorno.

Conductas adquiridas
Las conductas adquiridas son importantes tanto en animales salvajes, que deben aprender modos de supervivencia, como en animales domésticos, que intentamos entrenar. Los animales aprenden a anticipar los resultados de determinadas acciones mediante la prueba y error, como cuando el perro aprende a sentarse a cambio de un premio. Esto se denomina condicionamiento operante o instrumental. También pueden aprender que un hecho precede a otro, como que el sonido de un tazón de metal implica que les están sirviendo alimento, lo que se conoce como aprendizaje asociativo. Asimismo, los animales aprenden mucho al observar a otros e imitarlos. Todas estas conductas le permiten al animal adaptarse a nuevas situaciones y problemas.



Comportamientos anormales
Identificar los patrones de conducta nos ayuda a darnos cuenta cuando los animales se comportan de una manera anormal. Estas actitudes pueden ser solo molestas para los dueños; sin embargo, algunas veces pueden ser peligrosas tanto para el animal como para los demás, o incluso poner en peligro su vida. Por ejemplo, los perros que son agresivos a causa de alguna enfermedad o trauma son peligrosos. Si se identifica la conducta anormal, se lo puede tratar y restablecer así el comportamiento habitual. Los elementos más importantes para la supervivencia de los animales son el apareamiento y el cuidado de la cría. Cuando el comportamiento anormal afecta alguna de estas dos actividades, la supervivencia a largo plazo del animal corre peligro.




Territorialidad

Defensa que los animales hacen de su propio territorio frente a otros de su misma especie.
Este concepto deriva de la observación de pautas de comportamiento agonístico a nivel de la manada, que defiende el área en que se ha establecido de las incursiones de otros individuos que puedan competir con ellos por los recursos existentes en la región. Al igual que se observa en otros muchos animales, tanto solitarios como gregarios, la demarcación del terreno se realiza mediante abundantes señales olfativas y visuales fundamentalmente, y la violación de los límites territoriales de una manada se ve seguida de una contundente respuesta con claras pautas de comportamiento agresivo que con facilidad deriva en un enfrentamiento físico en el que se ven implicados buena parte de los miembros de la manada invadida, los cuales no dudan en perseguir a los intrusos varios centenares de metros fuera de las fronteras de su comarca.

Organización territorial
Siguiendo las investigaciones de Grande del Brío (1988), dentro del área en que se establece una manada podemos distinguir tres zonas diferenciadas de acuerdo con los individuos de la manada que las habiten. En primer lugar, podemos hablar de un área central u hogar fundamentalmente habitado por los individuos adultos y de mayor rango social de la manada, en la periferia encontramos el denominado territorio, habitado principalmente por subadultos e individuos de menor clase social, entre estas dos zonas se encuentra la denominada zona de dominio vital, región intermedia habitada indistintamente por lobos adultos y subadultos; aunque esta clasificación no implica que no puedan hallarse lobos dominantes en el territorio o subdominantes en el hogar. En contra de lo que pudiera pensarse el tamaño de estas regiones es inversamente proporcional al rango de los individuos que las habitan, siendo así el hogar la zona de menor tamaño y el territorio la mayor. Este autor habla también de una denominada tierra de nadie, región que aparece entre los límites de los territorios de dos manadas adyacentes; su descripción se basa en la ausencia de marcas en el terreno y la observación de ciervos, principalmente ejemplares viejos, que no son atacados en estas zonas pese a la cercanía de algunos lobos y que por esta razón parecen concentrarse allí, donde el conflicto territorial entre manadas parece salvarlos de frecuentes ataques.
Diferenciación de las unidades territoriales:
A.       Hogar
B.       Dominio Vital
C.       Territorio
N.      Tierra de Nadie
Quercus 29, 24-28.





Marcaje del territorio
Si bien los lobos pueden encontrarse en una determinada región, no puede hablarse de una auténtica territorialidad en tanto no se aprecie un marcaje del terreno que delimite el área de actividad de una manada. El marcaje cumple principalmente funciones de defensa del territorio, identificación del estatus social, orientación, comunicación sexual y reconocimiento; en este marcaje se recurre tanto a señales de tipo químicocomo de tipo visual, apareciendo las últimas siempre ligadas como un refuerzo de las primeras. 
Fig. 11. Principales localizaciones de las glándulas exocrinas en el lobo.
El uso de señales químicas como principal herramienta del marcaje territorial es un mecanismo bastante extendido entre los animales debido a las ventajas que reporta, como el poseer un largo alcance, su por lo general larga duración, facilidad para salvar obstáculos, uso nocturno y su bajo coste energético. En el caso del lobo, las principales marcas químicas de señalización territorial son la orina, las heces y rasguños producidos en el suelo con ayuda de las patas anteriores y posteriores, las cuales al arañar dejan un rastro de secreciones producidas por las glándulas interdigitales.
El marcaje territorial es una función secundaria de la orina que ofrece la ventaja de ser un recurso de muy bajo coste energético debido a que esta es un elemento de desecho; es fácilmente dosificable y cuenta con las ventajas de las señales químicas, su principal inconveniente es el de ser altamente volátil y poco resistente a los elementos.
Las heces al igual que la orina suponen una fuente de señales territoriales barata, que además de las ventajas del marcaje químico y su durabilidad presentan un refuerzo mediante la señalización visual, por ello en el caso de actuar como marca es depositada normalmente en sitios en los que sea fácilmente visible, a una altura adecuada, en lugares de tránsito de animales y con preferencia por los sustratos vegetales, por conservar estos el olor y dosificar mejor la liberación de sustancias volátiles.
Los rasguños del suelo, al igual que las heces tienen la ventaja de combinar un elemento químico con otro visual, no obstante su coste energético es más elevado que en los dos casos anteriores y por ello menos utilizados.
El uso de sustancias con más de una función como marcas podría producir ambigüedades en la interpretación de estas, por ello se ha de recurrir a la combinación de marcas o a un código de uso inequívoco a fin de evitar errores de interpretación; por ello para definir la orina como una marca territorial ha de observarse su combinación con rasguños en el suelo o una alta concentración de este tipo de marca en un área determinada. La combinación de heces con señales de rasguños o su proximidad a heces más antiguas a modo de refuerzo o sustitución de estas, así como el emplazamiento en lugares específicos que faciliten el acceso al componente visual, son señas inequívocas de su utilización como marca territorial.
El estado de una marca representa una serie de señales, como la antigüedad o la concentración de sustancias químicas, de interpretación intraespecífica que aportan un significado concreto.
La realización de un marcaje efectivo requiere la reposición periódica de las marcas que pueden variar a lo largo del año a fin de servir de diferentes propósitos al emisor; estudios realizados en este campo revelan que la tasa de marcas territoriales del lobo es más elevada durante el invierno alcanzando un máximo en la época de apareamiento (Zub, 2003). La interpretación más clara y plausible a este fenómeno propone que es en invierno cuando la concentración de alimentos es más baja y por tanto es necesaria una mayor protección de las fronteras a fin de evitar la explotación de los recursos por parte de miembros ajenos a la manada, el pico máximo en la época de apareamiento refuerza aún más esta señal y evita la inclusión de individuos con capacidad reproductora en el territorio; en cualquiera de los casos estas altas tasas coinciden con periodos de gran actividad y mayor comportamiento agresivo entre los lobos, suponiendo una forma de reafirmación del estatus y además sirviendo a modo de herramienta disuasoria y evitando posibles confrontaciones, peligrosas para cualquiera de los individuos implicados.
Territorialidad en animales y seres humanos
Según Altman (1975), pueden establecerse las siguientes diferencias entre la manifestación de la territorialidad en animales y en seres humanos:
§  Los animales disponen de un número más limitado de roles mientras que la complejidad del agrupamiento territorial de los humanos implica un mayor número de roles sociales.
§  Los límites del territorio (señalización) con frecuencia son marcados por los animales con indicadores físicos (orina, secreciones) mientras que los seres humanos utilizan señales altamente simbólicas.
§  Aludiendo a la naturaleza reactiva de la territorialidad en los animales, Altman señala que su respuesta es más predictible ante una invasión, mientras que la conducta territorial humana es menos rígida y menos predecible.
§  Finalmente, en la territorialidad en animales la agresión ocurre con frecuencia entre individuos e incluye una ocupación del territorio. En los seres humanos, en cambio, la agresión es con frecuencia entre grupos e incluye tanto espacio físico como ideologías.
§  Se trata en definitiva del componente simbólico, que permite, ante hechos similares, definirlos en ocasiones como "agresión" y en otras como "patriotismo". En esta línea, Veitch y Arkkelin (1995) mencionan como ejemplo la "invasión" de la antigua Unión Soviética en Afganistán y el acto "patriótico" de los Estados Unidos en Irak. El aspecto simbólico de la territorialidad ha sido estudiado también en relación con la identidad (Schnell, 1993) y con el racismo (Ruback y Snow, 1993).


En definitiva, la conducta territorial en los humanos conlleva un repertorio más rico, variable y complejo que las respuestas territoriales animales. Además, la territorialidad humana se halla influida por factores personales (edad, género, rasgos de personalidad); situacionales -tanto del entorno físico como social- y culturales.

Las Feromonas

Las feromonas son sustancias producidas naturalmente por el cuerpo fértil y son excretadas externamente, llevando un mensaje por aire que provoca una respuesta del sexo opuesto de la misma especie.
Las feromonas fueron definidas por primera vez en 1959 como sustancias químicas excretadas por animales para provocar una respuesta de comportamiento REPRODUCTIVO de un receptor de la misma especie.
Fue en 1986 cuando la Dra. WinnifredCutler, fundadora del Instituto Athena, y sus colegas condujeron los primeros estudios científicos controlados para documentar la existencia de las feromonas en seres humanos. Antes de esta investigación de vanguardia, no había indicaciones conclusas que las feromonas fueran excretadas por seres humanos.
Por el año de 1999, desde una perspectiva biológica, el término feromona podía ser definido como un químico excretado por animales que promueve comportamientos que PERPETUAN LA ESPECIE.
Desde hace algunos años se da cada vez más importancia al estudio de ciertos coordinadores químicos que, secretados por glándulas exócrinas, proporcionan un medio de alerta, estimulo o mandato entre individuos de una misma especie. Ellos explican conductas tan curiosas como las de hormigas, abejas y otros insectos.
Las formas de comunicación entre los seres vivos han sido tema de estudio de los cientistas naturales desde antaño. El éxito de algunos de estos estudios ha permitido conocer mucho más sobre la forma de vida, organización y conducta de los animales.

Uno de los sistemas de comunicación más atrayentes desde el punto de vista científico es sin duda aquel que se basa en señales de tipo químico a través de sustancias que, en el caso de permitir la comunicación entre animales de la misma especie, reciben el nombre genérico de Feromonas.
La comunicación entre animales se establece por una serie de razones de las cuales las más importantes son: la búsqueda de alimentos, la protección y la reproducción. Esta última es sin duda la más ampliamente distribuida entre las especies animales, entre visuales, auditivas o químicas, según sea el caso.
Estructuralmente, las feromonas son moléculas sencillas, de peso molecular relativamente bajo y derivadas fundamentalmente de ácidos grasos o terpenos (ciertos hidrocarburos). Son producidas por sistemas glandulares cuyo contenido es vaciado al exterior en la mayoría de los casos en forma voluntaria. En el caso de los insectos, estas glándulas están ubicadas por lo general en los últimos segmentos abdominales. A modo de ejemplo mencionemos el caso de la mariposa Lycoreaceresceres, cuyas feromonas sexuales se excretan a través de ciertas estructuras cuya forma es la de muy finos filamentos; cuando el macho acosa a la hembra frota estos pelillos contra sus antenas de modo de transferirle la sustancia afrodisiaca que hace que la hembra se detenga y adopte una posición adecuada para la cópula. En algunos mamíferos como el hamster, el macho huele una secreción vaginal de la hembra antes de la cópula. La remoción de los bulbos olfatorios del macho inhibe completamente su conducta sexual.
En las abejas
Las feromonas también sirven como modulador de la organización social de algunos insectos. El caso más relevante es sin duda el de las abejas: la abeja reina secreta una sustancia llamada ácido trans 9-ceto-2 decanoico, el cual se libera desde una glándula ubicada en la mandíbula. Una vez ingerida esta sustancia por las obreras, éstas la distribuyen entre sus iguales ingiriendo una parte y regurgitando el resto de modo que cada una alcance una cantidad equivalente a 0.1 microgramos de ácido cetodecanoico. Los efectos que provoca esta sustancia son diversos: primero, el desarrollo larval de las obreras se realiza en forma defectuosa, de modo que no resulte de este proceso ninguna abeja reina que eventualmente se transforme en "rival" de la soberana. Segundo, la ingestión de la feromona provoca un desarrollo alterado de sus ovarios, con lo que están imposibilitadas de poner huevos y por lo tanto quedan estériles. El tercer efecto de esta sustancia es servir como atrayente sexual; cuando una reina virgen vuela desde su colmena en su vuelo nupcial, libera vapores de ácido cetodecanoico que atraen sexualmente a los zánganos.
El camino de las hormigas
En algunos casos, la comunicación que provocan las feromonas es bastante sutil. Los machos adultos de las langostas migratorias (Schistocerca gregaria, Locusta migratoria y otras) liberan una feromona que acelera el desarrollo de los individuos jóvenes de la especie, cuando es captada por ellos. Esto, a la vez, disminuye el tiempo que se requiere para la formación de un enjambre migratorio de modo que cuando ello ocurre, pronto llegará una plaga de langostas.
Se han descubierto otras feromonas las cuales desencadenan una acción inmediata tan pronto son captadas. Cuando se molesta o perturba a una hormiga, las glándulas situadas en la cabeza secretan una sustancia química volátil que rápidamente se difunde en todas direcciones. Esta sustancia puede ser captada por otras hormigas situadas a varios centímetros de distancia, las cuales son atraídas por concentraciones bajas de las sustancias y comienzan a moverse hacia el área donde la concentración aumenta. A medida que se acercan a su compañera de nido perturbada, su reacción cambia a una respuesta de alarma. La concentración más alta de feromona determina que corran activamente, dando vueltas hasta remediar la causa de la ofensa. Como la feromona se disipa pronto -a menos que sean excretadas nuevas cantidades- tan pronto ha pasado la emergencia las hormigas vuelven a sus ocupaciones habituales.
Otras feromonas de hormigas han sido individualizadas: las que colocan las obreras a lo largo del camino, cuando regresan al nido con alimento. El camino atrae y guía a otras hormigas hacia la fuente de provisiones. La deposición de la feromona puede ser continuamente renovada mientras perdure la fuente de alimento. Cuando éste se agota, las hormigas dejan de marcar el camino. La feromona se evapora rápidamente y así otras hormigas dejan de concurrir al sitio y los antiguos senderos no ocasionan confusiones cuando el alimento se encuentra en otro sitio.
"Algo huele diferente"
Los animales captan estas señales químicas a través de una percepción que es habitualmente un fenómeno olfatorio, aunque en algunos casos puede ser gustatorio, como por ejemplo en animales que viven en un medio líquido o cuando la sustancia transmitida no es volátil. Los receptores olfatorios están ubicados en la nariz de los animales superiores y en las antenas de los insectos. Las moléculas olorosas penetran desde las antenas a las terminaciones nerviosas donde provocan la respuesta del individuo. Este proceso es facilitado a menudo por la presencia en las antenas, de proteínas que, en forma específica, se unen a la molécula de feromona y la transportan al centro nervioso respectivo.
Este proceso de captación de señales químicas debe ser extraordinariamente sensible, ya que las moléculas de feromonas tienden a "diluirse" en gran medida cuando son secretadas en el aire. A modo de ejemplo, la polilla Bombyxmori que secreta un estimulante sexual llamado Bombicol, requiere de una concentración tan baja como 10-12 microgramas (una billonésima) por centímetro cúbico, para asumir una respuesta conductual. Experimentos más recientes han mostrado que el umbral de excitación para estas sustancias es tan bajo que incluso una molécula de feromona podía desencadenar ya alguna respuesta.
Otro aspecto relevante del mecanismo de acción de estos mediadores químicos es su grado de especifidad. Mientras aquellas moléculas que provocan reacciones de alarma tienen un grado relativo de especifidad, las que inducen una conducta sexual son altamente específicas, de modo que un animal puede distinguir entre sustancias tan similares como por ejemplo dos moléculas isómeras.
El desarrollo de técnicas analíticas especializadas y el uso de manipulaciones electrofisiológicas como la electroanterografía, permitirá conocer en un futuro próximo mucho más sobre la naturaleza y sobre nosotros mismos.



HACER EL AMOR Y NO LA GUERRA

Manipulación de la conducta
El creciente estudio de las feromonas, de las hormonas en general, y de la interacción cada vez mayor de la psiquiatría con la endocrinología llevó en la década del setenta a los investigadores médicos al descubrimiento de poderosas sustancias capaces de conectar y desconectar las emociones humanas, presagiando el control científico de la conducta del Hombre.
De uno de estos descubrimientos salió lo que podría interpretarse como un verdadero afrodisiaco. Al tratar el tumor intestinal de una enferma, se le administró una antigua droga llamada paraclorofenilalalina (PCPA). Se intentaba reducir la serotonina de la sangre, dado que, según se sabía, un exceso de ella (la secreta la epífisis o glándula pineal) causa alta presión sanguínea y acompaña a ciertos tumores.
La paciente reaccionó en forma inesperada. "Se volvió muy ardorosa. Iba tras todo el mundo". Los médicos resolvieron el problema llevando a su esposo a su misma pieza. Luego, tres científicos italianos que visitaban el Instituto Nacional de Cardiología de los Estados Unidos, empezaron a probar el PCPA en ratas, conejos y monos de ambos sexos, como afrodisiaco. Resultó. Combinada con pargilina -otra droga contra la alta presión sanguínea- dio mejor resultado. En un experimento con 80 ratas machos, "la excitación sexual duró varias horas y por lo común terminaba en un climax en que todos los animales de la jaula querían montarse uno sobre el otro al mismo tiempo", informaron los investigadores. Casi la mitad de Las ratas intentaron el acto sexual 10 o más veces en sólo 12 horas.
"Parece que la serotonina es un inhibidor del sexo", explicó uno de los científicos. La PCPA será buena para tratar inadaptaciones sexuales.
Otro descubrimiento tuvo que ver con la guerra, no con el amor. Buscando en el cerebro las fuentes de la agresión, investigadores de la Universidad de Princeton experimentaron con ratas. En estado silvestre, todas las ratas matan espontáneamente a los ratones, pero entre los animales de laboratorio, unas matan y otras no. Se separó a las asesinas y se les inyectó en el cerebro una sustancia que inhibe la acción de la acetilcolina, que permite a los nervios transmitir señales. Con las señales bloqueadas se volvieron tan pacíficas que vivieron tranquilas con los ratones en su misma jaula. Se tuvieron más pruebas de la influencia de la acetilcolina sobre la conducta agresiva cuando las ratas pacíficas reaccionaron opuestamente tanto a una droga que duplica la acción de la acetilcolina o a otra que protege a la acetilcolina contra una enzima que por lo común controla su acción. Estas investigaciones quizás lleven a tratar la violencia patológica, o también a volver asesina a gente pacífica.

Comportamiento Rítmico

Dentro de la cronobiología, un ritmo biológico es una oscilación de un parámetro biológico dependiente de un reloj endógeno y de sincronizadores ambientales. La actividad de cualquier ser viviente es un fenómeno que se manifiesta siempre con una variación regular y no como un proceso continuo. La vida es un fenómeno rítmico. Así, al estudiar la relación entre el tiempo y alguna actividad vital de la índole que sea (por ejemplo, la excitabilidad de un músculo o de un nervio, el crecimiento, la reproducción, el comportamiento, la respiración, el sueño y la vigilia, etcétera), se descubre la existencia de ciclos o periodos que nos indican claramente cómo dichas actividades no se desarrollan de forma continua. Su estudio puede hacerse atendiendo a la descripción y análisis del fenómeno. Al investigar las causas de estos «relojes biológicos» se demuestra que gran parte de ellas tienen un origen externo, como pueden ser la fotoperiodicidad, los cambios climáticos estacionales, las mareas, etc. De acuerdo con la duración de estos ritmos extrínsecos se distinguen los ritmos nictemerales o circadianos, cuando el periodo es de aproximadamente 24 horas (circa significa "cerca", en latín), los mensuales y los anuales.

Los ritmos extrínsecos están impuestos desde fuera del ser vivo; los factores desencadenantes son: el ambiente (la luz, la humedad, la temperatura, la salinidad, etc.) y los fenómenos cósmicos (alternancia día-noche, fases lunares, variaciones de estaciones, etc.). Los factores externos actúan sobre el organismo a través de su sistema nervioso, y éste normalmente acciona el sistema endocrino. Por otra parte, existen también fenómenos rítmicos cuya causa es interna y no está determinada por factores ambientales, aunque éstos pueden modificarlos. Estos ritmos intrínsecos, como el latido cardiaco, los movimientos respiratorios, etc., tienen una cadencia más elevada y, por su origen, deben formar un grupo aparte de los mencionados anteriormente, pues son independientes de los fenómenos cósmicos. El conocimiento de los ritmos biológicos tiene un interés muy amplio, no sólo para la comprensión de las cuestiones teóricas que encierran, sino también por las aplicaciones prácticas que surgen de tales conocimientos.

Reloj Biológico
Sistemas fisiológicos que permiten a los organismos vivir en armonía con los ritmos de la naturaleza, como son los ciclos del día y la noche, y de las estaciones. Estos "relojes" biológicos existen para casi todos los ciclos internos que implican periodicidad en el reino vegetal y animal, si bien, la mayor parte de nuestros conocimientos se deben al estudio de los ritmos circadianos (diarios) que establecen los patrones típicos de conducta diaria incluso en ausencia de indicadores externos, como la salida del Sol, demostrando que la periodicidad depende por completo de relojes internos.
Sin embargo, ningún reloj es perfecto. Cuando los organismos se ven privados de las señales que proporciona el mundo exterior, exhiben un periodo de "curso libre" que no llega a abarcar las 24 horas. Como resultado, estos animales se desfasan lentamente respecto de la naturaleza. En los experimentos en los que se aísla a unos sujetos durante largos periodos de tiempo, se observa que éstos mantienen un horario, aunque cada vez más desfasado, para la comida y el sueño. En circunstancias normales este desfase no se produce, ya que las señales externas reajustan los relojes cada día. El indicador más importante es la luz solar, aunque muchos organismos pueden utilizar variaciones rítmicas de temperatura, u otros estímulos sensoriales, para reajustar sus relojes internos. Sin embargo, cuando el error cronométrico es importante, el reajuste completo puede tardar varios días. Este fenómeno es bien conocido por los viajeros de largas distancias como el jet-lag.

El circuito fisiológico subyacente al uso de señales externas es muy simple: un destello único de luz puede actuar como desencadenante, significando el amanecer. Los estudios llevados a cabo en la década de los años 80 sugieren que este simple estímulo luminoso afecta incluso al comportamiento de la raza humana. Las investigaciones señalan también que, al menos en algunos organismos, un solo gen puede ser el responsable de los mecanismos de los relojes biológicos. Por ejemplo, la mosca de la fruta requiere un gen conocido como per (abreviatura de periodo), para mantener sus ritmos biológicos. Se ha observado que este gen codifica una sustancia química denominada proteoglicano, molécula de cadena larga que contiene unidades de hidratos de carbono ligados a una proteína. Los proteoglicanos también existen en los mamíferos.
Aparentemente hay relojes biológicos en cada célula e incluso en partes diferentes de éstas. De aquí que una pieza de tejido aislada, como el ojo de la babosa marina, mantenga su propio ritmo diario, aunque adopte con rapidez el de todo el organismo cuando se reimplanta. En el cerebro de la mayoría de los animales, parece haber un reloj dominante que emite químicamente sus señales cronométricas hacia el resto del organismo. Por ejemplo, se extirpa el cerebro de una crisálida de mariposa en una fase determinada de su desarrollo, y se somete a un amanecer artificial. Después se implanta en el abdomen de otra crisálida a la que se ha extirpado el cerebro y que se encuentra en otro momento de su desarrollo. La segunda crisálida emergerá en el momento en que lo haría la primera, ya que este hecho se rige según las órdenes enviadas por el cerebro implantado en su abdomen. El reloj cerebral desencadena la liberación de una hormona que pone en marcha todo el comportamiento complejo implicado en la salida de la crisálida. En los hámsters, los experimentos han demostrado la existencia de un reloj biológico dominante localizado en el hipotálamo. Los grupos de células cerebrales se denominan núcleos supraquiasmáticos. También se sabe que la melatonina, hormona secretada por la glándula pineal, está implicada en ritmos biológicos a largo plazo. Además del propio interés científico, el conocimiento de los relojes biológicos podría ser importante en muchos sentidos. Hay, por ejemplo, una teoría del envejecimiento basada en que durante la vejez el gran número de relojes del cuerpo subordinados al cerebral, por alguna razón, se ajustan menos a éste. Esta falta de sincronización puede contribuir a agudizar muchos de los problemas asociados con el envejecimiento.

Ritmos Circardianos


Son los procesos que se repiten cada 24 horas aproximadamente (su periodo está comprendido entre 20 y 28 horas). Se les conoce también como nictemerales. Son ritmos ligados a la rotación de la Tierra, y a las consecuencias que lleva consigo sobre la variación de la luz, temperatura, etc. Son fundamentalmente metabólicos; producen una alternancia en la actividad funcional del ser vivo como un todo, o en alguna función particular. por parte principalmente del sistema endocrino u hormonal.
Por lo que respecta a la actividad global, debe destacarse la distinción entre animales diurnos y nocturnos, según que el ritmo sueño-vigilia coincida con el de la Naturaleza o no. Tanto en animales vertebrados como en invertebrados se demuestra esta alternancia entre el desgaste y la recuperación necesaria para el normal desarrollo del proceso vital. El ritmo sueño-vigilia tiene una gran importancia en el hombre al igual que en los restantes animales, pues, aparte de lo indicado, rige y condiciona a otros. Así se comprueba cómo el reposo y la actividad determinan variaciones en la temperatura corporal, la presión sanguínea, el ritmo respiratorio, el cardiaco, etc., con un mínimo durante el sueño. De igual forma, durante el periodo de reposo hay una variación nictemeral en la excreción de orina y otros productos (electrólitos como el Na, K, CI; urea y creatinina, etc.). Los esteroides urinarios muestran también una variación regular en la excreción, lo cual sugiere una actividad endocrina rítmica de las suprarrenales que, a su vez, explicaría la oscilación en la excreción de los electrólitos.
Otras muchas funciones y características fisiológicas presentan en los vertebrados un ritmo circadiano. Son patentes en los invertebrados ritmos nictemerales en algunas funciones metabólicas, pero son muy ostensibles los cambios del color por efecto de la luz sobre la expansión o contracción de los pigmentos dentro de los cromatóforos. Estos ritmos han sido apreciados claramente en isópodos como Ligia y en distintos crustáceos (Uca, Idota). Igualmente han podido apreciarse en los vertebrados inferiores, como en Lamprea, Salamandra, o en algún reptil (Anolis).

Hibernación

La hibernación es la capacidad que tienen ciertos animales para adaptarse a condiciones climáticas extremadamente frías, y puede asemejarse a un estado de hipotermia regulada durante algunos días, semanas o meses, lo cual les permite conservar su energía durante el invierno. Durante la hibernación el metabolismo de los animales decrece hasta un nivel muy bajo, además de tener una temperatura corporal y una frecuencia respiratoria inferior a lo normal. Durante este periodo utilizan las reservas energéticas almacenadas en sus cuerpos durante los meses más cálidos. Este fenómeno, en su grado más alto, es característico de los animales [[homeotermos](de sangre caliente)como los osos polares, pero también en los animales de sangre fría (poiquilotermos)como las mariquitas se han observado cambios similares.
No todos los animales emplean el mismo método para hibernar; esto depende de su tipo de sangre y otras características.
Hibernación de animales homeotermos
En este tipo de animales se inicia una preparación interna varias semanas antes de comenzar el estado de hibernación. Cuando la temperatura atmosférica decrece a un cierto nivel, el individuo se duerme, provocando que la frecuencia cardíaca baje radicalmente; el número de respiraciones disminuye de modo equiparado y la temperatura orgánica desciende excesivamente. En esta situación el animal pareciera que estuviese muerto, hasta el punto que la piel resulta fría al tacto, y en algunos casos se puede manipular al individuo, incluso con brusquedad, sin que éste se despierte.
La hibernación o sueño de invierno es uno de los grandes enigmas del mundo animal. Es algo más que un profundo sueño. El animal baja sus pulsaciones y su respiración, y la digestión prácticamente se detiene. Al empezar el invierno, el animal debe haber aumentado sus reservas de lípidos, que se van consumiendo paulatinamente para suplir las necesidades energéticas del organismo durante lo que puede compararse con un largo sueño.

Estivación

(Del latín aestivatio, derivado de aestivare: veranear) es un término muy diferente así se trate de Zoología o de Botánica.

Término zoológico
En Zoología estivación es un estado fisiológico de algunos animales, consistente en el letargo, inactividad o torpor que se produce por un descenso en la actividad metabólica como respuesta a las condiciones extremas y periódicas acaecidas durante el verano o estación seca. Estas condiciones pueden ser debidas a un aumento considerable de la temperatura ambiental o a una disminución hídrica importante, ya sea ambiental o del nivel de las masas de agua.2
Este fenómeno es más frecuente en especies animales tropicales, pero no es exclusivo y puede producirse también en especies de zonas templadas. Es parte del ciclo biológico de muchas de ellas, y puede ser incluso necesario para el correcto desarrollo embrionario o gonadal, como ocurre en algunas tortugas de América del Sur.
Durante la estivación, los animales generalmente se entierran en madrigueras de barro húmedo con el que se rodean formando un capullo o vaina que les protege de la deshidratación y de las altas temperaturas. Al enterrarse de esta manera crean microambientes muy diferentes del exterior, llegando a no tener variaciones diarias de temperatura. Ejemplos de animales que se entierran se pueden encontrar entre los peces pulmonados, anfibios y reptiles. Entre estos últimos un ejemplo muy claro de estivación se da en los cocodrilos y caimanes, cuando en las épocas de sequía y escasez de alimentos se entierran en el barro y ralentizan su metabolismo hasta tal punto de llegar a solo 5 latidos del corazón por minuto y bajar su temperatura corporal al nivel del ambiente que les rodea. Otros animales buscan refugio entre la vegetación, como los caracoles, o en oquedades o guaridas de diferente índole, como anfibios, reptiles e incluso mamíferos.
Si bien los periodos de estivación suelen ser de algunos meses al año, se conocen casos de anuros que permanecen en este letargo hasta 5 años, aunque la mayoría de la población muere durante el proceso.
Término botánico
El término estivación se refiere a las yemas florales, que se abren con posterioridad a las yemas foliares.1 Son los pliegues de las estructuras de un brote floral, es decir, la disposición de las partes de una yema floral.
En taxonomía puede ser un carácter de diagnóstico importante, por ejemplo, en la familia Malvaceae los géneros Fremontodendron y Chiranthodendron son los únicos que no poseen sépalos valvados en las yemas florales.
También es el proceso fisiológico inducido por el calor del sol por el que deben pasar diversos propágulos y semillas para germinar.







Migración

Se denomina migración a todo desplazamiento de la población (humana o animal) que se produce desde un lugar de origen a otro de destino y lleva consigo un cambio de la residencia habitual en el caso de las personas o del hábitat en el caso de las especies animales migratorias. De acuerdo con lo anterior existirán dos tipos de migraciones: migraciones humanas y animales. Las migraciones de seres humanos se estudian tanto por la Demografía como por la Geografía de la población. Y las de especies de animales se estudian en el campo de la Biología (Zoología), de la Biogeografía y en el de la Ecología. Los artículos que se pueden consultar al respecto son:
§  Migración humana, que presenta dos enfoques: el de la emigración, desde el punto de vista del lugar o país de donde sale la población; y el de la inmigración, desde el punto de vista del lugar o país a donde llegan los "migrantes".
§  Migración animal, desplazamientos periódicos, estacionales o permanentes, de especies animales, de un hábitat a otro.




Bibliografía

http://es.wikipedia.org/wiki/Comportamiento_social
http://es.wikipedia.org/wiki/Ecolog%C3%ADa_del_comportamiento
http://www.botanical-online.com/animales/comportamiento_social.htm
http://definicion.de/comportamiento/
http://www.ehowenespanol.com/comportamiento-animales-lista_93584/
http://www.wordreference.com/definicion/territorialidad
http://alojoptico.us.es/portaleto/Lobos/pagina_nueva_6.htm
http://www.ub.edu/psicologia_ambiental/uni3/3573.htm
http://www.athenainstitute.com/spanish/pherodef.html
http://www.creces.cl/new/index.asp?imat=%20%20%3E%20%206&tc=3&nc=5&art=6
http://es.wikipedia.org/wiki/Ritmo_biol%C3%B3gico
http://intercentres.edu.gva.es/intercentres/46017687/Festinalente/relojes_biolgicos.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Ritmo_biol%C3%B3gico#Ritmos_circadianos
http://es.wikipedia.org/wiki/Hibernaci%C3%B3n
http://es.wikipedia.org/wiki/Estivaci%C3%B3n

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